Patrimonio Musical Litúrgico Valenciano, vol.6

EL ÓRGANO DE NOVELDA CRISOL DE INSTRUMENTOS

    Por primera vez presentamos un CD con la idea –entre otras muchas- de presentar al órgano, en este caso típico del barroco hispánico, como crisol de las distintas familias instrumentales que forman la moderna orquesta, representada la cuerda aquí por el violín, la madera por la flauta travesera, y los metales por distintos modelos de trompetas, y acercándonos a ese fin no sólo a través de obras de aquella época, sino también en buena medida del romanticismo, y hasta de bien entrado el s. XX, con especial incidencia en aquella dorada época del modernismo, una de las más florecientes y señeras de esta población, mostrando también así la visión de futuro con la que Fermín Usarralde construyó entre 1792-94 el instrumento de Novelda, uno de los más interesantes y representativos de la organería valenciana dieciochesca.

El inolvidable cronista local D. Vicente Sala Cañellas, y posteriormente su sobrino D. Amadeo Sala Cola, han estudiado con rigor toda la trayectoria organística de Novelda, más centrada por parte del segundo en el propio instrumento que hoy podemos escuchar, y cuyas inquietudes -junto a la de otros noveldenses integrados en la Asociación “Órgano Barroco de Novelda”- hizo posible su restauración gracias a la excelente disposición de la CAM y el propio Ayuntamiento de la localidad.

Repertorio con vinculaciones noveldenses. S. Pedro, titular de la Parroquia

Abrimos esta muestra con un fragmento de las Escenas franciscanas para órgano de concierto, (final de la nº 5), del organista de la Seo de Valencia, D. Fco. Tito (La Vila Joiosa 1874-1950), en la que se resalta el toque de las trompetas de plata cuando el Papa entra en la Basílica de S. Pedro, para lo cual hemos utilizado dos trompetas construidas con ese preciado metal –por otro lado también con prestigiosa presencia literaria, tal como vemos en algunas obras de los hermanos Machado, entre otros- además de la propia trompetería del órgano de Novelda, para dar paso inmediatamente al dúo de sopranos que canta la antífona Tu es Petrus, dedicada al Santo titular de la parroquia de Novelda, obra compuesta por Ernesto Villar Miralles (1849-1916), quién durante los últimos años de su vida ejerció el oficio de organista-maestro de capilla de ese templo.  

Ambas “trompeterías”, la pontificia con sus toques específicos y la de los órganos ibéricos, han cautivado a numerosas generaciones, utilizando aquellos toques en algunas de sus composiciones organísticas, como es el caso del P. Otaño, entre otros, o bien utilizando toda la trompetería exterior, colocada horizontalmente en la fachada del instrumento, en obras específicas como tientos de batalla, tocatas, sonatas… de entre las cuales ofrecemos aquí una Sonata para clarines inédita, de un compositor anónimo valenciano de ente los siglos XVIII-XIX. Esta trompetería de batalla, típica exclusivamente de los órganos del barroco ibérico (España y Portugal), es un elemento que se ha incorporado en algunos de los grandes órganos construidos en las últimas décadas en todo el mundo con el nombre generalizado de Spanish Trumpet. El impacto sonoro no es menor que el visual, tal como reflejan numerosos escritores hasta nuestros días y que, en ocasiones, la relacionan también con el coro, e incluso con la danza, sin librarse de alguna que otra humorada de nuestra poesía jocosa, tal como vemos en la musa del Júcar, o sea, D. Josep Bernat i Baldoví, del cual celebramos este año el bicentenario de su nacimiento.

Santa María Magdalena, patrona de la ciudad

Después de honrar a S. Pedro, damos paso a una obra para órgano de carácter popular e intimista dedicada a la patrona de Novelda, compuesta por Antonio Pérez Moya (1884-1964), valenciano nacido hace exactamente 125 años y emigrado a Barcelona ya en su primera infancia, donde estuvo al frente de la música de la Basílica de Ntra. Sra. de la Merced buena parte de su vida. La obra resulta del todo original, dado que no se trata simplemente de sencillos versos organísticos para alternar con la liturgia del día, aplicables por otro lado también a otras festividades, tal como se han conservado unos pocos de autor anónimo español de finales del s. XVII, ni siquiera de una pieza inspirada directamente en textos y melodías gregorianas de esa festividad, como vemos en el repertorio organístico francófono del s. XIX de la mano del belga Joseph Lemmens (1823-1881) o el francés Alexandre Guilmant (1837-1911) -sobre el himno de Vísperas Pater superni luminis, / Cum Magdalenam respicis,…- o bien de inspiración libre como Charles Tournemire (1870-1939), sino que se inspira en una canción popular (con algunas variantes) de aquel Principado recogida por el gran folklorista Joan Amades, melodía arropada aquí con armonías de marcado carácter “modernista”, vinculando así una vez más a Barcelona y Valencia, como también a Novelda, de todo lo cual constituye un buen testimonio no sólo el edificio, sino numerosos elementos decorativos de la Casa-Museo Modernista de ésta, donde trabajaron diversos artífices procedentes de la Ciudad Condal.    

La Magdalena, dentro de la música popular también tendrá evidentemente cantos de carácter religioso, sobre todo los típicos gozos, sobre los que también encontraremos referencias literarias en el Principado, sin olvidar evidentemente las obras de los grandes polifonistas españoles: Fco. Guerrero, Alfonso Lobo, José Pradas…, lógica consecuencia de la importancia de la Santa dentro de la Iglesia, circunstancia que no pasó desapercibida para algunos pilares del siglo de Oro Valenciano como S. Vicente Ferrer, Sor Isabel de Villena o Joan Roís de Corella, para quien las virtudes de la Santa rozan poco menos que la heroicidad del martirio, dentro de la idea “generosa” que Corella tiene sobre aquel acto supremo de fe, y cuya impactante Història de la gloriosa Santa Magdalena fue poco más tarde prácticamente versificada por Jaume Gassull, exactamente en 1496, divulgándose a través de una bella edición ilustrada impresa en Valencia en 1505. Aquel sentir de Corella hacia la Santa no deja de tener una base popular, pues es bien conocida ante situaciones enojosas la expresión valenciana “això és un martiri”, idea común por otro lado a otras culturas, tal como vemos por ejemplo en aquel poema de Clément Marot al que puso música Orlando di Lassus (1530-1594): Mon coeur se recommande à vous, tout plein d’ennui et de martyre;… En definitiva, todo un sentir reflejado desde la Edad Media hasta nuestros días en todo el solar hispánico, tal como podemos apreciar en toda clase de pasos, misterios, representaciones, lamentaciones o planctus, disposiciones sinodales, procesiones (destacando en la actualidad la de Castelló), danzas hagiográficas, teatro de sombras, canciones populares, poemas… y hasta algún moderno auto sacramental, como el titulado “Magdala”, de José García Meseguer y música del Mtro. Mariano Martí, estrenado en el Salón Juventud Tradicionalista de Sueca el 23 de marzo de 1935. El conjunto de todas estas obras nos presentan a la santa en solitario o con otros personajes bíblicos, particularmente en el grupo de las tres Marías.   

El espacio y el tiempo no serán obstáculo a la popularidad de la Santa reflejada también en literaturas y épocas tan distantes a la nuestra como la rusa del s. XX, a propósito de su presencia en los textos litúrgicos al iniciarse la Semana Santa, como también en poesías de elevado carácter, al margen de la fama alcanzada por algunos conventos de magdalenas en España, o algunos templos franceses de grandes proporciones, como la basílica provenzal de St. Maximin du Var, el Santo Obispo de la Narbonense tan vinculado a la Santa como puede apreciarse en la citada obra de Corella, y sobre todo, la Madelaine, de París, tan original en su arquitectura como en muchas de las actividades que allí se celebran aún en la actualidad, admirada también por españoles, y epicentro epitalámico “mundano” de aquella ciudad, tal como refleja por ejemplo Guy de Maupassant en su novela Bel–Ami (1885).

No todo es mera literatura, a juzgar por algún que otro evento que desde allí nos llegó a esta parte de los Pirineos, como aquel concierto que ofreció su organista, el célebre compositor C. Saint Saëns, en el 13 de diciembre de 1897 en el templo de S. Francisco el Grande de nuestra Villa y Corte, escandalizando a medio Madrid según reflejó cierta prensa, con la interpretación de su Suite Bretona y, sobre todo, con el dúo de amor de su ópera Sansón y Dalila. Historia y literatura a la par, se han encargado en otras ocasiones de ofrecer otros puntos de contacto entre ambos templos, como las solemnísimas honras fúnebres que tradicionalmente en ellos se han celebrado, aunque por lo general para públicos bien distintos. G. Flaubert dará protagonismo literario allá a ciertos grupos de patriotas liberales, entre los que no faltan los numerosos exiliados españoles del s. XIX, que “rezan” poco menos que por la difuntas libertades encarnadas en la Constitución de Cádiz y sus “mártires”, mientras que las crónicas sociales madrileñas nos hablan aquí de las pompas fúnebres no sólo para la aristocracia española, sino incluso la propia realeza, tal como podemos apreciar en la última obra incluida en este CD, compuesta según nota manuscrita en un ejemplar de la partitura impresa –aunque existen contradicciones al respecto- por el músico de Novelda afincado en Madrid, J. R. Gomis, para los funerales de la Infanta Mª Teresa de Borbón celebrados el 1 de octubre de 1912, personalidad muy presente en numerosos actos de la Exposición Regional Valenciana de cuya celebración se cumplen ahora cien años. Esta composición del músico de Novelda, refleja con maestría el hondo dramatismo del capítulo 10, versículos 1-7, del libro de Job, texto que la liturgia presenta como Lectio II del primer nocturno de los maitines del Officium Defunctorum.             
 
Pero Novelda no quedaría a la zaga en todos estos aspectos, y el bello templo modernista edificado en honor a la santa, se complementa con sus gozos e himnos así como también con una excelente literatura local, entre la que destacan algunas de las más bellas poesías de Luis Pérez Beltrá. La original grandiosidad del santuario, su emplazamiento y entorno, así como la dinámica laboral de buena parte de la población, no deja de recordarnos algunas de las imágenes tan sugerentes que nos ofrece el poeta modernista Guerau de Liost (Jaume Bofill i Mates) cuando habla de un Orgue de pedra, (Elionor III), así como las que nos ofrece en los versos finales de su poema Polifònica, donde nos impacta al referirse a l’orga serena de l’oreig suau / que omple de pau la cúpula movible del cel blau, imágenes que por otro lado y en algunas ocasiones la propia orografía se encarga de mostrarnos, tal como podemos apreciar –entre otros lugares- en las impresionantes y bellísimas crestas denominadas “Los Órganos de Montoro”, allá en el Cuarto Pelado de la Sierra Palomita, entre el Alto Maestrazgo y el Bajo Aragón.      

Orihuela: Ecclesia mater de la diócesis. Entre la salmodia y el canto popular religioso

La obra sobre una melodía popular que se incluye aquí del P. Baixauli, S. J. (1861-1923), parece formar parte de un Tríptico, dado que en el repertorio organístico de este compositor hallamos otra obra del mismo carácter sobre otra melodía, fundiéndose ambas en una tercera obra, todas ellas fechadas en 1913 en Orihuela, en la antigua Universidad de Santo Domingo, por aquellos años colegio regentado por los PP. Jesuitas.

Seguimos con un tema desarrollado bajo el título genérico de “obra”, encuadrado formalmente dentro del amplio espectro que ofrece el verso organístico con saeculorum, parafraseando aquí la melodía del canto llano para el himno mariano del Oficio de Laudes: O gloriosa Virginum. Esta obra inédita, muy cuidada por Fco. Cabo en los timbres y registros a utilizar (Clarines, Corneta Inglesa, Nazardos, Corneta Magna…, todos ellos presentes en el órgano de Novelda), encaja perfectamente en el modelo que a menudo utilizó el autor al componer dos versos, generalmente en forma de Paso o Sonata, para intercalarlos entre el canto de los tres salmos del Oficio de Nona, que tan solemnemente se cantaba en numerosos templos en las grandes festividades del calendario litúrgico. Aquí hemos completado este modelo con un Intento (Paso o Verso), compuesto sobre un tema libre, también en 8º tono y con el correspondiente saeculorum sobre la fórmula salmódica de dicho tono, escrito por Alfonso de la Parra, un antecesor de aquel en la tribuna del órgano de la catedral de Orihuela desde donde sirvieron ambos, entre 1790-1793 el primero, y entre 1758-1761 el segundo. 

Temas navideños y bucólicos desde las otras diócesis valencianas

De aquí, pasamos al otro extremo de la Comunidad con una serie de obras procedentes de la actual provincia de Castellón, aunque moviéndose entre las diócesis de Segorbe y Tortosa. Esta especie de sección se inicia con una Pastorela de fray Vicente Comas (Valencia, 1811-Jerusalén 1885), durante algún tiempo organista en Morella, antes de ingresar en la orden franciscana y trasladarse a Tierra Santa. Este género cultivado por los organistas valencianos al menos desde el s. XVIII hasta casi nuestros días (V. Rodríguez, R. Anglés, J. Bta. Plasencia, E. Torres, entre otros), se asienta entre las sólidas bases de las grandes tradiciones navideñas hispánicas en las que teatro y música ocupaban un lugar primordial. Así lo refleja una vez más una copiosa  literatura, tanto en la Península como en la América latina, como vemos por ejemplo en la cuidada narrativa de Raimon Casellas (La mà del misteri), o en la del mexicano Agustín Yañez (Las tierras flacas), por citar sólo un par de ejemplos. Todo ello presentaba su punto álgido en la Noche de Navidad  (Oficio de maitines y “Misa del Gallo”), donde los rigodones, contradanzas, pastorelas… y toda clase de aires populares que el organista incluía en sus llibertats d’orgue provocaban no pocos desmanes, tal como podemos apreciar en diversos estudios, dietarios, novelas, etc. de Amades, el Barón de Maldà, Clarín (La Regenta), entre otros muchos.

Después del bucólico diálogo entre la flauta travesera y su homónima del órgano de Novelda, seguiremos en el Maestrazgo con otro diálogo, ahora entre dos trompetas, a través de un aria sacada de un Villancico navideño compuesto por el músico de S. Mateo, Francisco Morera, en 1786, el cual trabajó en distintos templos hasta ocupar el cargo de maestro de capilla de la Seo de Valencia.

De nuevo un apacible diálogo entre las flautas citadas nos acerca a la obra de Francisco Vives (Alboraya, 1742), a través de una sonata compuesta probablemente durante su estancia en Segorbe como maestro de capilla, cargo que abandonó para ingresar en el monasterio jerónimo de S. Miguel de los Reyes, donde falleció en 1799. Alguno de los pasajes de esta arquetípica sonata bipartita de nuestro barroco tardío parece acercarnos al clasicismo vienés -dadas ciertas similitudes con el penúltimo Kyrie de la Missa brevis Sti. Joannis de Deo de Joseph Haydn- y tuvo cierta repercusión entre nosotros, tal como podemos observar en algún fragmento del Adagio (inédito) que le sigue aquí, también de otro músico de la catedral de Segorbe, el organista José Casaña, fallecido allí en 1808.

En torno a la Eucaristía. Misa y Cantadas

Entre las obras pensadas específicamente para alguna de las partes de la Misa, ofrecemos aquí una breve pero briosa sonata en tres secciones -inédita aún- y pensada por el anónimo compositor para el Ofertorio.

La fórmula Elevación y Plegaria (generalmente, Adagio-Allegro), se impuso con fuerza entre nosotros a lo largo del s. XIX, y es probablemente –tal como señalamos en otra ocasión- la parte de la misa que más alteraciones musicales ha sufrido a lo largo de la historia, utilizándose desde la Marcha Real o el Himno Nacional a cargo de bandas militares y acompañamiento de pólvora, hasta todo tipo de piezas suaves y tremulantes interpretadas con los registros más gangosos del órgano, para llegar incluso al silencio absoluto tal como marcan las rúbricas en vigor. El ejemplo que aquí ofrecemos de Valeriano Lacruz (Segorbe, 1811-1885), organista de aquella catedral durante décadas, constituye un ejemplo muy ilustrativo al respecto.

El tono eucarístico de estas últimas obras, se prolonga aquí con varias partes de una de las Cantadas de José Pradas -aunque atribuida por algunos estudiosos al mallorquín Antonio Literes- nacido en Villahermosa del Río (Castellón), ejerciendo como maestro de capilla en la parroquial de Algemesí, la actual concatedral de Castellón y finalmente la Seo Valentina. En esas tres partes seleccionadas se reencuentran entre sí, y también con el órgano de Novelda, los tres instrumentos utilizados aquí como representantes de las distintas familias de la orquesta y que tienen un excelente homónimo entre los registros del instrumento noveldense, principal protagonista –junto al repertorio valenciano- de este CD. El aria estructurada en la forma habitual entre nosotros por aquellas fechas, de estribillo, copla y repetición del estribillo, da paso aquí a un minueto, danza que, aunque de introducción tardía en el repertorio español, presentará ricas variantes en Valencia, como también bellos ejemplos pictóricos, imponiéndose con fuerza en el templo, lo que a la larga suscitaría acerbas críticas, tal como vemos en escritos y autores tan dispares –por citar sólo un par de ejemplos- como el P. Feijoo,  o el abate Eximeno, alejados ambos no obstante de la idea de aquel profesor de baile del setecientos que dijo: On ne voit pas tout ce qu’il y a dans un ménuet, citado entre nosotros por Azorin a través de Eugenio d’Ors. Esta afirmación no responde ciertamente al interés mostrado por algunos de nuestros escritores del s. XX interesados en los vericuetos anímicos de esta danza, particularmente F. García Lorca pensando en los minuetos de Lully, como también Gil Albert y sobre todo Joan Fuster, en lo que afecta a los pulcros y excelentes modelos creados por un compositor tan universal como W. A. Mozart.          

El violín, tan familiarizado con esta danza, no podía faltar en esta interpretación, más si cabe por estar tan bien representado aquí por el registro del órgano homónimo que, situado en la caja de ecos, con su resorte de apertura y cierre utilizado por el organista con el pié derecho puede ofrecer mayor o menor intensidad de sonido,  permitiendo con ello el acercamiento al moderno repertorio.

El Grave con el que finaliza esta Cantada se le ha confiado aquí a la flauta travesera, registro constituido por un doble tubo en cada una de sus notas, uno de ellos afinado según el resto de tubos del instrumento, y el otro con unas cromas de diferencia, con el fin de provocar un choque de oscilaciones y obtener un sonido de carácter ondulante. Es un registro relativamente moderno, y aparece en España hacia la mitad del s. XVIII, o más  concretamente en 1744, según algunos estudiosos.

La atmósfera eucarística que respira la obra anterior se prolonga aquí con la Tonada “Ah del rebaño”, de Joaquín García Sanchis (Ana, hacia 1710-Las Palmas 1779), compuesta para la celebración del Corpus Christi en la catedral de aquella ciudad canaria en 1735, e interpretada aquí con dos trompetas y órgano.

A los registros de violín y flauta travesera se les encuadra en los órganos barrocos ibéricos –salvo rarísimas excepciones- entre los llamados de mano derecha, o sea, los que cantan en la zona de tiples, y es en esa tesitura que aquí los oiremos dialogar con sus homónimos de la orquesta. Más adelante, y al pasar la frontera, ambos juegos tomaron unos derroteros muy distintos, en ocasiones carentes de sentido y, desde luego, sin el carácter lírico que en España tuvieron y aquí podemos apreciar claramente tanto en las obras para flauta de tan marcado carácter instrumental, como las de inspiración vocal que interpreta el violín, gracias a los dos versos organísticos que hemos escogido de José Mª Úbeda (1839-1909) –del cual celebramos el centenario de su muerte- pensados para alternar con la salmodia, claramente expuesta con objeto de recordar a los cantores, sobre todo a través del llamado saeculorum, la melodía del tono que están utilizando, pues la intervención del órgano terminará en breve, y el coro debe cantar inmediatamente el verso siguiente del salmo que se está utilizando en el oficio divino en ese momento.

La gravedad del tercer tono gregoriano enlaza aquí perfectamente con la obra comentada más arriba del músico de Novelda emigrado a Madrid, cuya producción merece que le dediquemos en un futuro próximo la atención debida, sobre todo cuando la musicología hispánica estudie con más detenimiento nuestro repertorio musical creado para colectivos sociales menos favorecidos o marginales: orfelinatos, asilos, casas de beneficencia, cárceles… para los cuales tanto compuso J. R. Gomis.  

Prof. Dr. Vicente Ros

TEXTOS

SS. Apostolorum Petri et Pauli. In I et II Vesperis, atque ad Missam: Communio.
Tu es Petrus, et super hanc petram aedificabo Ecclesiam meam.

Officium Defunctorum. Ad Matutinum. Lectio II. Job 10, 1-7.

Taedet animam meam vitae meae, dimittam adversum me eloquium meum, loquar in amaritudine animae meae. Dicam Deo: Noli me condemnare: indica mihi cur me ita judices. Numquid bonum tibi videtur, si calumnieris me et opprimas me, opus manuum tuarum, et consilium impiorum adjuves? Numquid oculi carnei tibi sunt: aut sicut videt homo, et tu videbis? Numquid sicut dies hominis dies tui, et anni tui sicut humana sunt tempora, ut quaeras iniquitatem meam, et peccatum meum scruteris? Et scias quia nihil impium fecerim, cum sit nemo qui de manu tua possit eruere.

INTÉRPRETES

El Prof. Dr. Vicente Ros es catedrático de Órgano y Clavecín del Conservatorio Superior de Música de Valencia desde 1974, Centro que dirigió durante seis años. Ha compaginado su labor docente con una intensa actividad concertística, a la par que ha dirigido el Instituto de Musicología de la extinta Institución Valenciana de Estudios e Investigación (IVEI), así como el Aula de Música de la Institución A. El Magnánimo de la Diputación de Valencia. Con estas entidades y la Asociación Cabanilles de Amigos del Órgano (ACAO) que fundó en 1978, ha llevado a cabo una considerable labor investigadora y editorial, entre las que destacan la serie de monografías Órganos del País Valenciano, la revista trimestral Cabanilles, la colección de partituras Música de tecla valenciana, así como distintas colecciones de CD’s, entre ellas, la que se incluye este CD.

    Para la realización de este trabajo ha contado con la inestimable colaboración de la catedrática de Flauta y actual subdirectora del Conservatorio citado Dª Mª Dolores Tomás, así como de los trompetistas D. Raúl Junquera, de la Banda Municipal de Valencia y, Miguel Cerezo, Prof. de esta especialidad en el Conservatorio Profesional de Música de Torrent,  junto al joven violinista Jesús Manuel Gimeno que actualmente amplia estudios de virtuosismo en Holanda con la profesora húngara Kati Sebestien, y los excelentes cantantes José Sempere y Dolores Delgado.

 

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 Seguramente la edición más reciente y asequible sea la de Ed. 62 i “la Caixa”, dentro del vol. 50 de su col. Les millors obres de la literatura catalana. Barcelona, 1980/85. pp. 181-210.
 La edición más reciente y asequible es seguramente la incluida en el vol. 17 de la Biblioteca d’autors valencians de Ed. El Magnànim. Valencia, 1989. pp. 77-108.
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